viernes, 26 de diciembre de 2008

Chau, no va mas



¡Chau, no va más!...
Es la ley de la vida devenir,
¡Chau, no va más!...
Ya gastamos las balas y el fusil.
Te enseñé como tiembla la piel
cuando nace el amor,
y otra vez lo aprendí;
pero nadie vivió sin matar,
sin cortar una flor,
perfumarse y seguir...

Vivir es cambiar...
¡dale paso al progreso que es fatal!
¡Chau, no va más!...
Simplemente, la vida seguirá.
¡Qué bronca sentir todavía el ayer
y dejarte partir sin llorar!
Si te pude comprar un bebé,
acuñar otra vida y cantar...
¡qué bronca saber que me dejo robar
un futuro que yo no perdí!
Pero nada regresa al ayer,
¡tenés que seguir!...

"Tomálo con calma... Esto es dialéctica
pura, ¡te volverá a pasar tantas veces en
la vida!
Yo decía... ¿te acordás?"

"-Empezar a pintar todos los días
sobre el paisaje muerto del pasado
y lograr cada vez que necesite
nueva música, nueva, en nuevo piano..."
"Vos ya podés elegir el piano, crear la
música de una nueva vida y vivirla intensamente
hasta equivocarte otra vez, y luego volver a empezar
y volver a equivocarte, pero siempre vivir... ¡vivir
intensamente!, porque ¿sabés qué es vivir?..."

Vivir es cambiar,
en cualquier foto vieja lo verás.
¡Chau, no va más!...
Dale un tiro al pasado y empezá,
si lo nuestro no fue ni ganar ni perder,
¡fue tan solo la vida, no más!

Y el intento de un casi bebé
debe siempre volverse a intentar.
Sé que es duro matar
por la espalda el amor
sin tener otra piel donde ir...
Pero, ¡dale, la vida está en flor!
¡Tenés que seguir!



Letra de Homero Expósito


Musica de Virgilio Expósito


Compuesto en 1973


Fue uno de los últimos exitos de Homero Expósito, conjuntamente con
"Ese muchacho Troilo", dedicado a Pichuco. "Chau... no va mas!" fue
grabado por Roberto Goyeneche
.

martes, 9 de diciembre de 2008



Poema 7


Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes

a tus ojos oceánicos.

Allí se estira y arde en la más alta hoguera

mi soledad que da vueltas los brazos como un

náufrago.

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes

que olean como el mar a la orilla de un faro.

Solo guardas tinieblas, hembra distante y mía,

de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes

a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.

Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas

que centellean como mi alma cuando te amo.

Galopa la noche en su yegua sombría

desparramando espigas azules sobre el campo.


Pablo Neruda

domingo, 2 de noviembre de 2008

Flores y ceniza

Que el viento se ocupe de nuestra magia
que siga el camino de nuestro aroma
tan solo podrá borrarnos las penas
pero jamás caeran las antiguas glorias

Truncar el camino no sirve de nada
siempre el destino es uno solo,
quizas él te encuentre pisando tus huellas
aullando a la luna con alma de lobo

La vida del hombre repite sus pasos
es amo y esclavo en su propio mundo
los cinco sentidos los tiene guardados
solo lo guia su hambre nocturno

De todas las tesis hay una segura
y es la que conserva aquella premisa:
despues de muertos no quedan vacíos
solo las flores y la ceniza.

Facundo Joel

jueves, 2 de octubre de 2008

¿Porque tienes nombre tú, día, miercoles?

¿Por qué tienes nombre tú,
día, miércoles?
¿Por qué tienes nombre tú,
tiempo, otoño?
Alegría, pena, siempre
¿por qué tenéis nombre, amor?
Si tú no tuvieras nombre
yo no sabría qué era,
ni cómo, ni cuando. Nada
¿Sabe el mar como se llama,
que es el mar? ¿Saben los vientos
sus apellidos, del Sur
y del Norte, por encima
del puro soplo que son?
Si tú no tuvieras nombre,
todo sería primero,
inicial, todo inventado
por mí,
intacto hasta el beso mío.
Gozo, amor: delicia lenta
de gozar, de amar, sin nombre
. Nombre: ¡qué puñal clavado
en medio de un pecho cándido
que sería nuestro siempre
si no fuese por su nombre!


Pedro Salinas

Poeta menor

Alguna vez le han dicho
en clave de odio manso
que es / que siempre ha sido
un poeta menor

y de pronto ha notado
que se sentía a gusto
en ese escalafón

en los años de vuelta
es muy gratificante
ser un poeta menor

cuando lee y relee
a sus poetas mayores
y dialoga con ellos
ya no de igual a igual

sino entre dos desiguales
asume sin recelo
la distancia cordial
y también sideral
que lo separa de ellos

lo bueno lo mejor
es que en esa distancia
no circula la envidia

los poetas mayores
son mayores de veras
entre otras razones
porque se los compara
con los poetas menores

su genio es la ventaja
sobre los desvelados
que hacen mala letra
por vocación y a veces
por equivocación
después de todo ¿qué
sería de los poetas
mayores sin los poetas
menores
sin su aliento?

los poetas menores
escriben a menudo
por amor / por temblor
y llaman al pan pan
o viceversa al vino vino

hacen versos a solas
en las terrazas
en los aeropuertos/

construyen sus silencios
en medio del fragor
y llenan de palabras
la cautela

ciertos lectores dicen
que son casi como ellos
(son lectores menores
por supuesto)

unos y otros admiran
a los poetas mayores
y se nutren con citas
de sus obras completas

en los años de vuelta
es muy gratificante
ser un poeta menor

Mario Benedetti


martes, 23 de septiembre de 2008

Ensayo sobre la soledad

¿Qué es la soledad? Me pregunto. No soy nada original al interrogármelo, pero tampoco pretendo serlo. A veces se me ocurre que la soledad es la peor compañía que uno puede llegar a tener. Sus garras capturan al mas fuerte y hacen de él su esclavo. Conoce los mejores métodos de seducción y tiene un gran poder de engaño.
Generalmente no nos damos cuenta de su presencia, es tan persuasiva que se mimetiza con el aire y se nos incorpora desprevenidamente. No solo nos confunde, sino que nos engaña, nos hace creer que somos felices con su presencia, nos hace decirle a la gente que nuestros días marchan correctamente, cuando realmente nos desangramos en silencio.
Un día vas a encontrarla dentro tuyo, con tu cuerpo, tu ropa y tus miedos. No vas a encontrar manera de explicarle a los que te rodean que ese no eres tú, y ellos te miraran con ojos extraños, con pupilas desconocidas.
Ella va a cerrar con llave las puertas de tu hogar, desplazará las cortinas y bajará las persianas, arrinconándote en una parcela de espacio restringido; te insistirá en que el sol no existe y provocará que la luz enceguezca tu mirar. Te hará romper tu reloj y que ardan tus lágrimas, mientras se ríe a tus espaldas. Va a depositar en tu boca sedimentos de amargura y derrocará todas tus iniciativas.
Pero ¿Como evitarla? ¿Como hacer para no creerle tan convincente argumento de que con ella vas a olvidar tus penares y desdichas?, no existe respuesta alguna, vas a despertar sorpresivamente en un día sin horas, en una habitación con pocas paredes y una cama; y frente tuyo va a estar la soledad, emanando olor a humedad diciendo suavemente al jadear: cuanto que has tardado en llamarme esta vez…


Facundo Joel

viernes, 12 de septiembre de 2008

Poema 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos».

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


Pablo Neruda

lunes, 1 de septiembre de 2008

"Uno nunca sabe" de Roberto Fontanarrosa

El siguiente es un cuento de Fontanarrosa que, dada su extensión para publicarlo en un blog, decidí subirlo de todas formas ya que a quien le resulte interesante lo va a leer igual. Es un cuento excelente sin importar realmente su simpleza, con gran contenido humorístico y de los mejores de su género . Como anexo al texto se encuentra el mismo, representado en el ciclo "Cuentos de Fontanarrosa" transmitidos por Canal 7.

Uno nunca sabe

Lo primero que le preguntó Mario apenas el Mochila se sentó, fue "¿La conoces a esa mina?".
-- ¿Cuál?
-- La que saludastes recién.
Mochila giró apenas la cabeza hacia atrás.
-- ¿La flaca?
-- Sí.
-- Sí, la conozco. Es amiga de mi jermu.
-- Me emputece esa mina --dijo Mario en voz baja.
-- ¿Mi jermu?
-- No, boludo. La Flaca, la que saludastes.
-- Ah... ¡Mirá qué boludo que sos vos! A todo el mundo lo enloquece la Flaca. ¡Qué te parece!
-- ¿Qué? --se alarmó Mario--. ¿Vos también estás jugado en ese palo? ¿Te anotás ahí también?
-- No. Yo no. ¿No te digo que es amiga de mi jermu? Estudiaban juntas en la Cultural. Tendría que ser muy loco para tirarme en esa. Pero... te digo...
-- Que ganas no te faltan.
-- Ganas no me faltan....
Se quedaron en silencio. Mochila controlando las otras mesas, viendo quién había. Mario tocándose cuidadosamente los dientes de adelante con la uña del dedo pulgar de la mano derecha.
-- Me tiene loco esa mina --repitió, como para sí mismo. Como si el tema fuese demasiado íntimo como para compartirlo y debatirlo en una mesa de cafe. Y asustado, quizá, por haber ido tan lejos.
-- Está buena la Flaca --dijo Mochila, que la tenía sentada a sus espaldas--. Y es una mina piola te cuento... Piola, inteligente. Anda suelta, además...
-- Medio histérica debe ser...
-- Sí. Eso sí... Lógico... --Mochila seguía sin meterse demasiado en la conversación, en tanto pasaba lista a los presentes-- ¡Bah! --se animó de pronto, ya terminado el control--. Como todas.
-- Esa jeta que tiene... --medio por sobre el hombro de Mochila, Mario la espiaba--. Los ojos...
-- Y encarala, boludo... ¿qué esperas? --lo animó Mochila, cruzándose de piernas, acomodándose en la silla para quedar de espaldas a la calle Santa Fe, mirando al mostrador. Mario hizo un gesto vago con la cabeza, negativo.
-- Está sola, boludo --apretó Mochila--. Andá... Si te quedas esperando, por ahí aparece algun vago, o alguna amiga, y se sienta con ella y cagaste.
Mario se encogió de hombros, mirando ahora hacia afuera, como desentendiéndose del problema.
-- ¿No lo viste al Sobo? -preguntó, cambiando de tema. Mochila negó con la cabeza--. Este boludo... --musitó Mario--. Le tengo que pedir un certificado y justo hoy no aparece.
-- Oíme --Mochila se incorporó, clavándole la vista--. Andá y sentate con ella, no seas otario... No te va a patear...
-- No la conozco --frunció la nariz, Mario.
-- ¿Y eso qué tiene que ver? ¿Cómo que no la conocés? Te conoce de acá, pelotudo. Si acá nos junamos todos. No le sabrás el nombre pero la...
-- ¿Cómo se llama?
Mochila frunció el ceño.
-- Ehhh... --pensó--. Marina, Marta, María... No sé, no sé... Siempre la conocí por la Flaca.
-- Marta, Marta se llama --dijo Mario, que ya se había informado.
-- Escuchame Mario... --Mochila se inclinó sobre la mesa para darle privacidad a la propuesta--. Te la presento... Voy, me siento en la mesa de ella y te la presento...
Mario se tiró hacia atrás y agitó las manos y la cabeza, casi escandalizado.
-- ¡No! No, dejá. Ya está. Ya pasó. Ya fué.
-- No me cuesta nada, boludo.
-- Dejá, Mochila, dejá. Está bien.
Mochila se encogió de hombros.
-- Jodete --dijo. Y buscó a Moreyra con la vista--. ¡Negro! --gritó--. ¿Estás vos acá?
-- Además... --Mario, pese a todo, no quería desprenderse totalmente del tema y sabía que el lapso de privacidad con el Mochila podía ser corto--. No da bola, Mochi. No da bola.
Mochila casi se enojó.
-- ¿Y cómo sabes que no da bola si nunca la encaraste?
-- Porque uno se da cuenta, Mochila. ¿Sabés cuanto hace que la vengo mirando a esa mina? ¿Sabés cuanto hace? Dos años. Debe hacer como dos años...
-- ¿Y?
-- ¡Nada! Nada de nada. Una mina si te quiere dar bola se manda alguna señal, eso es sabido. Te mira una vez, aunque sea. Te mantiene un poco la mirada. O te sonríe. Te tira un cable.
-- No te engañes, no te engañes... Mirá que...
-- Sí... "La vida te da sorpresas".
-- La vida te da sorpresas...
-- Sí, pero acá es muy claro --se desalentó Mario--. ¿Viste que hay... cómo decirte... hay un lapso de duración en una mirada, en un cruce de miradas? Y después hay un plus, que es un milésimo... un milésimo de segundo... un ápice... un cícero... una infinitésima milésima de segundo en que se prolonga esa mirada más de lo normal... Es cuando una mina te mira y vos tenes un sensómetro, un sismógrafo, que registra que esa mirada ha durado esa milésima de segundo mas allá de lo necesario, y es lo que te está diciendo a las claras que esa no es una mirada común, que esa mirada está pidiendo otro cruce de comprobación, que te está diciendo algo... --Mochila afirmaba con la cabeza, algo fastidiado--. Bueno... --no se amilanó Mario--. Esa fracción supletoria de mirada debería tener un nombre. Porque es una medida patron... Es un exceso de intensidad... Debería haber algo como el "miradómetro"... Una unidad de vision, de calentura...
-- Bueno, bueno... Cortala... Dejá de hablar pelotudeces... --rogó Mochila--. ¿Y qué pasa? ¿Con esta mina no se dió nunca?
-- En la puta vida de Dios.
-- Ni te miró...
-- Ni me miró ni... --Mario había sacado un encendedor y golpeteaba con él sobre el nerolite buscando la descripción mas gráfica--. O me mira y no me ve. Esa es la cosa. Por ahí me mira, pero lo que hace es solamente dirigir su vista hacia mí. Pero la sensación que yo tengo es como que yo fuera transparente. Que mira a traves mío. Que mira lo que está detrás mío. Digamos, que la profundidad de campo de la cámara de ella está situada seis metros detrás mío... Esa es la sensación que tengo...
Mochila se rascó la cabeza.
-- ¡Mirá que sos antiguo! --dijo.
-- ¿Por qué? --se ofuscó Mario.
-- Andar fijándote en eso de las miradas y esas cosas... Eso es del tiempo en que los pedos se tiraban con gomera.
-- ¿Y qué querés que haga? ¿Que vaya y le toque el culo?
-- No, boludo. No te digo eso...
-- ¿Cómo carajo hacés vos?
-- ¿Cómo hago? ¿Cómo hago yo? ¡Voy y me siento con ella! Eso hago. Mirá que difícil. Y le empiezo a hablar de cualquier cosa... No podés entrar en la histeria de las minas, querido... Que te miro, que no te miro, que la profundidad de campo y todas esas pelotudeces...
-- Es que... --Mario apoyó el mentón sobre sus manos cruzadas y vaciló. Por momentos lo asaltaba la idea de que no era un tema para hacer publico--. ¿Sabes qué pasa?... ¿Vos te acordás de "El Eternauta"?
-- Sí, me acuerdo... Lo que no me acuerdo es quién trabajaba...
-- ¿Cómo?
-- ¿Quién trabajaba?
-- No, boludo. No era una película. Era una historieta.
-- Ah, sí... "El Eternauta". Algo me acuerdo...
-- Esa que caía una nevada en Buenos Aires, una nevada radioactiva y morían todos...
-- Algo. Algo me acuerdo --mintió el Mochila.
-- Bueno, en "El Eternauta", aparecían unos tipos de otro planeta, que se llamaban los "Manos", que tenían...
-- Mejicanos. "Manito", se decían...
-- No, gil. No seas hijo de puta.
-- Ah, no. Esa era "Cisco Kid".
-- No te acordás de un sorete. Los Manos, que tenían una mano derecha llena de dedos...
-- Como cualquiera --Mochila mostró su mano.
-- No, muchos mas. Como hasta acá --Mario tiró una línea imaginaria desde la punta de sus propios dedos hasta el codo--. Bueno, esos tipos dirigián a varias especies de bichos extraterrestres que invadían la Tierra. Pero ellos, a su vez, estaban controlados por otra especie superior. Entonces. estos "Manos", que eran igual que nosotros salvo por esos dedos, tenían insertada en el cuerpo una glándula, una glándula que le llamaban "Glándula del Terror" y que les habían insertado esos cosos que los dirigían a ellos. Y... ¿para qué les habían insertado esa glándula? Porque los Manos, igual que los humanos, al sentir temor segregaban una especie de adrenalina y ésta, a su vez, activaba la glándula. Y entonces la glándula dejaba escapar un veneno y el veneno los mataba en minutos, nomás. ¿Me entendés? Si ellos se intentaban rebelar contra la especie superior, sentían miedo y, ahí nomás, cagaban la fruta. Linda idea, ¿no? Porque, además, había otra cosa, fijate. Algunos de ellos habían intentado operarse para sacarse de allí esa glándula pero, al operarse, sentían miedo, y de nuevo la misma cosa, activaban la glándula, ésta largaba el veneno, etc., etc., etc... Era ingenioso, ¿no? Piola como idea. De... ¿cómo se llamaba?... Oesterheld.
Mochila se lo quedó mirando un instante, con expresión confundida.
-- Y.... ¿Qué queres decir con todo esto? --preguntó--. ¿Ahora me vas a salir con que vos tenés una de esas glándulas? ¿Me vas a pedir guita para operarte?
-- No. No. No --Mario pegó con la punta de su dedo índice sobre la mesa--. Yo tengo una glándula pero de la pelotudez. Ese es el asunto. Una glándula de la pelotudez. Cuando a mí una mina me gusta mucho, como ésta, Marta... me pongo pelotudo. El mismo hecho de que la mina me guste mucho, me paraliza. Me pone tan nervioso que me pongo hecho un pelotudo, no sé lo que digo, hago boludeces... La glándula segrega algo que me idiotiza. Después pienso en las cosas que he dicho, o en las que debería haberle dicho y me quiero morir. Las minas deben pensar que uno es un retardado total. Y es precisamente porque me gustan demasiado. Es increíble. Con las minas que no me gustan no me pasa nada. Ahí soy un duque, soy Dean Martin. Jodo, soy ocurrente, hasta puedo ser brillante. Al pedo. Porque a quien yo quiero gustar no es a los escrachos.
-- Mario... Mario... --Mochila trató de ser comprensivo--. Yo sé que esto pasa... Pero te puede pasar al principio, la primera hora, la primera...
-- Década.
-- No seas pelotudo. Si vos...
-- Si yo me quedo solo con esta mina te juro que no me sale una palabra. La glándula me...
-- Anda a la concha de tu madre vos y la glándula...
Se quedaron en silencio. Mochila miraba sin ver hacia la caja registradora, pegaba repetidas veces con la suela del pie derecho sobre el piso, fastidiado.
-- ¿Sabes qué le dijeron a Pelé cuando debutó en Suecia? --preguntó de pronto. Mario negó con la cabeza, algo desacomodado.
-- "Andate al medio campo y tocala corta." Eso le dijeron --agregó el Mochila. Mario entrecerró un poco los ojos, como buscando la metáfora--. O sea. Hasta que se te pasen los nervios, no tratés de deslumbrar, no tratés de ser brillante, no tratés de meter el pase de gol...
-- Pero él era negro, Mochila...
-- Es negro.
-- ¡Es que ni siquiera pretendo ser brillante! Me bastaría con no ser tan imbécil...
-- Tocá corto.
-- Una teta le voy a tocar... --musitó Mario--. Además... además, Mochila, comprendeme --se irguió de pronto como para seguir hablando pero calló, prudente. El Pochi había entrado por la puerta de Santa Fe y Sarmiento, pero se quedó enganchado en la mesa de los fotógrafos. Mario retomó el tema--. Yo creo que las cosas se tienen que dar naturalmente. Vos vistes como es este boliche. Vos, por ejemplo, no conocés a alguien. Pero, de pronto, por ahí, mañana, estás sentado en la misma mesa con él. ¿Por qué? Porque te llama un amigo común. Porque viene a tu mesa a charlar con un amigo tuyo. Porque está en un grupo donde vos te acercás a preguntar algo. Es así... Entonces eso es mas natural, menos forzado. Yo me sentiría mucho más cómodo si se diera algo así con esta mina...
-- Oíme Mario... Oíme... --Moreyra había pasado como una ráfaga, dejando un cortado sobrante, al tanteo, enfrente de Mochila--. Cuanto...
-- Porque... ¿viste como es este boliche? --arremetió Mario--. Yo creo que el secreto de este boliche está en la proximidad de las mesas. Están muy juntas. Ahí radica el éxito de este boliche. Vos estás sentado en esta mesa y casi casi estás escuchando la charla de los de la mesa de atrás. Y se tocan las sillas, incluso --Mario se tiró hacia atrás sobre el respaldo y sonrió, ejemplificando--. Vos estás en una mesa y por ahí girás un poquito y ya te integras a la de al lado...
-- Un conventillo.
-- Un conventillo. Un día... --Mario se lanzó de golpe con el torso hacia adelante, confidente--. Un día yo estaba sentado en una mesa, y atrás, acá mismo, atrás, estaba la Flaca con unas amigas --bajó la voz--. Si yo me inclinaba para atrás la tocaba, con los hombros, o con la cabeza. La tocaba...
-- Mario... --insistió Mochila con los ojos entrecerrados--. ¿Cuanto hace que decís que la venís marcando a esta mina?
-- ¿A la flaca? Y... desde que la descubrí... Cuando era novia del barba... No sé. Un año... Un año y medio...
-- Cuando era novia del barba... Vos te referís al Tito, al Tito Aramayo.... Bueno, te cuento, eso fue hace más de tres años, porque hace más de tres años que el Tito está en Porto Alegre. Casi cuatro años hace, por lo menos.
-- Y... sí...
-- Y en esos cuatro años.. --Mochila enarcó las cejas y cerró su mano derecha como si empuñara un cuchillo, señalando a Mario--. Escuchame bien, en esos cuatro años, esa situación que vos decís, que vos estás esperando, no se ha dado nunca. Nunca hubo un amigo sentado en la mesa con ella, ni ningún amigo te la trajo a la mesa con vos, ni se dió vuelta para pedirte fuego, ni estaba en un grupo donde vos podías haberte integrado... Nada...
-- Nada... es verdad... Nada.
-- ¿Y hasta cuando vas a esperar, Marito? --hirió de nuevo, Mochila--. Vas a ser un viejo choto y vas a venir acá con un bastón, con boina, con una cánula de suero puesta, para ver si alguna vez se da la puta casualidad de que te podés sentar con esa mina...
-- Y... --se encogió de hombros, Mario.
-- Oíme --Mochila giró la cabeza y pegó una rápida mirada hacia la mesa de la Flaca que, sola, estaba anotando cosas en una agenda--. Mirá, está sola. Al pedo. Voy, me siento con ella, hablo con ella y después te llamo...
Mario se secó la transpiración de la nariz, meneó la cabeza, pareció atacarlo la desesperación y estar a punto de ponerse a llorar.
-- No, Mochila... No...
-- Yo puedo hacerlo, pelotudo --se enojó el Mochila--. Te digo que soy amigo de ella. Lo he hecho un montón de veces. No va a quedar como algo forzado o...
-- No, Mochila... Está llena de machos esa mina...
-- ¿Cuando? ¡Ahora está sola, pelotudo!
-- Ahora no. Pero... ¿Vos te creés que no la veo? La miro constantemente, te digo. Todos los días con un macho nuevo. Pendejos...
-- Mejor para vos, mejor para vos. Si anda todos los días con un macho nuevo es que no anda con ninguno. Aparte, no te engañés, Mario. No te engañés. Yo conocía una mina que estaba buenísima. No podía ni caminar de buena que estaba. Lindísima, además. Y esta mina, me decía --hará un par de meses nomás, está casada ahora, tiene como cuatro hijos-- me decía que cuando ella era joven, había fines de semana que se quedaba en casa como una boluda porque nadie la llamaba para salir. Los tipos la veían tan linda, tan rebuena estaba esa hija de puta, que todos pensaban lo mismo, eso que vos pensás también, que estaba llena de machos. Que la llamaban de todas partes del país para invitarla a salir, que Rainiero de Mónaco le ponía un télex para salir de joda. Entonces, no la llamaban. Y la pobre santa se quedaba como una boluda los sábados a la noche viendo televisión con una tía rechota que tenía...
-- Este no es el caso... Este no es el caso... --negó Mario. Mochila volvió a darse vuelta, mirando sin discreción alguna hacia la mesa de la Flaca.
-- Está sola, boludo. Está haciendo tiempo. Aprovechá ahora --volvió a su postura anterior restregándose la cara con una mano, casi con desesperación--. Decí que yo no puedo...Pero...
-- Además... Además... --buscó las palabras Mario--. No se puede. Yo no puedo ir y encararla así a esta mina, en frío... Hay convenciones. Hay convenciones que se juegan entre un hombre y una mujer y que hay que respetar.
Mochila lo miraba con una expresión cada vez mas atormentada.
-- Sí, claro --dijo Mario--. Vos sabés, y ella sabe, y vos sabés que ella sabe que vos sabés, que si vas y la invitás a una mina a tomar un café, en realidad lo que le estás proponiendo es ir a cojer.
-- No es tan así.
-- Esa es la verdad. Esa es la realidad de las cosas. La verdad de la milanesa. Pero vos no podés ir, acercarte a la mesa y decirle "¿Vamos a cojer?". Porque aunque encierre el mismo significado, no es lo mismo. Para una mina no es lo mismo y tiene todo el derecho del mundo de mandarte a la reputísima madre que te parió, Mochila, es la verdad. Puede decirte "¿Usted por quién me ha tomado?" y hacerse la ofendida y tiene toda la razón. Hay que guardar ciertas normas de urbanidad. Vos dirás que es un hipocresía y todo eso, pero...
-- Yo no digo que sea una hipocresía --expiró Mochila, agotado.
-- ... vos tenés que dejarle una puerta abierta a la mina. No podes encerrarla, no podes dejarla sin opciones. Fijate vos, cuando yo anduve con la Zulema... --se entusiasmó Mario--. Hay minas con las que vos tenés ya todo conversado, todo claro, y no hay más que hablar. Cuando le decís de salir, te tomás un tacho y te vas al mueble derecho viejo, porque sabés que la mina no se va a descolgar con "¿Pero... adonde vamos? ¿Adonde me llevas?".
-- "¿Qué son esas luces rojas?"
-- "¿Qué son esas luces rojas?" ¡Nada de eso! Pero, por ejemplo, con Zulema, yo me las rebusqué para que me prestaran un departamento. Entonces fuimos a cenar, hablamos un rato y despues yo le pude decir "¿Querés venir a mi departamento a tomar algo?", con lo que le estás dando a la mina la opción de ir al departamento y después, si no le gusta la mano, negarse. No sé... decir... "Se me hizo tarde" o... "Vos me interpretastes mal"...
-- Oíme... Vos sos una antigualla... Si la mina acepta ir a tu departamento es porque le gusta la mano y ya sabe como viene la cosa... No son tan boludas, Mario... ¿O te crees que somos nosotros los que atracamos?
-- De acuerdo, de acuerdo --se apuró Mario--. Pero vos le estás dando la opción con el departamento. Si vos le tenés que decir "¿Vamos a un mueble?" ¿Qué opción tiene la mina? Vos le estás diciendo "vamos a cojer", lisa y llanamente. No le das salida.
-- Si vos le decís "Vamos al departamento" también le estás diciendo "Vamos a cojer", querido. ¿O con quién estás saliendo? ¿Con Heidi?
-- Ya sé... Ya sé... --Mario se mordió los labios, transpirando--. Pero no es lo mismo. Es una cuestión de elegancia. Si vos invitás a una mina a un hotel, estás dando por sentado que vos no tenías ninguna duda de que a esa mina te la ibas a pirobar, que era fácil, que era una fija. Es una cuestión de... dignidad, digamos...
Mochila meneaba la cabeza, negando.
-- Sos una antigualla --suspiró--. Un relicario...
-- Es difícil de explicar --insistió Mario--. Es como si vos vas a un bodegón y el mozo ve que vos tenés tal pinta de pordiosero que viene y, sin preguntarte nada, te pone en la mesa un pingüino de vino tinto de la casa. ¿Qué te queda por hacer en ese momento? Levantarte e irte, querido. Ese mozo te está ofendiendo. Porque aunque vos seas un pordiosero y se vea a la legua que no te podes bancar ni por puta un vino más o menos pasable, el tipo tiene la obligación moral de alcanzarte la lista de vinos y preguntarte "¿El señor tiene alguna preferencia? ¿Desea algún vino gran reserva?". Entonces ahí sí, vos podés devolverle la lista y decirle, tranquilo "No, muchas gracias. Tráigame un pingüino con tinto de la casa" porque la verdad es que no tenés ni un mango partido por la mitad para elegir otra cosa... ¡Porque es un problema de dignidad, mi viejo! ¡Te tienen que dar la oportunidad de elegir, ese es el asunto! Pueblos enteros han ido a la guerra por eso...
-- ¿Porque vino el mozo y les sirvió un pingüino de...?
-- No. Por dignidad.
-- Oíme, Mario... --Mochila pareció animarse de repente--. Yo me levanto y voy a la mesa de la mina y le hablo.
La expresión de Mario fue de pánico. Advertía un atisbo de determinación inquebrantable en la voz del Mochila.
-- No, Mochi, no jodas --se enojó.
-- Voy, boludo. ¿No puedo ir, acaso? Todos los días hablo con ella...
-- Vos tomás medio pingüino de tinto de la casa y te ponés a hacer boludeces, Mochila... Dejame de joder... No me gusta tanto despues de todo...
Mochila se puso de pie. Mario se tapó la cara con la mano. Luego la destapó y habló mirando hacia otro lado. Transpiraba.
-- Dejáme de joder, Mochila. Sentate --rogó--. Yo no voy. Si vos me llamas yo no voy. Me voy a la mierda. Me voy al baño. Te juro que no voy...
-- Oíme, boludo --se agachó un tanto, Mochila--. Hoy puede ser un dia histórico para vos. A veces las minas que menos bola parece que te dan son las que más te vienen marcando, al final de cuentas. No seas ingenuo. Las minas son muy histéricas, y ésta es de las más histéricas que conozco...
-- Te juro que no voy, Mochila... Sentate, no seas boludo... No me hagas pasar un mal rato...
-- Por lo menos te sacas la duda de encima, pelotudo. Si te da pelota, perfecto. Si no te da pelota, bueno, al menos te sacastes ese quilombo de la cabeza y ya no te andas preocupando si anda con un macho, o con cuatro, o con cinco mil...
-- Dejáme vivir con la ilusión, Mochila... De veras... Sentate...
Mochila giró sobre sus talones y enfiló hacia la mesa de la Flaca. Mario, automáticamente, pivoteó sobre su silla primero hacia la calle Santa Fe y luego en sentido contrario, hacia el mostrador, como si estuviese sobre un sillón giratorio, fingiendo mirar hacia el teléfono público, los baños y las botellas expuestas sobre los estantes de vidrio. Se pasaba repetidamente las yemas de los dedos sobre las cejas.
Mochila se dejó caer, despreocupado, sobre la silla vacía enfrente de la Flaca y, al punto, ésta, sonriendo, cerró la agenda y comenzaron a charlar. No dejo pasar mucho tiempo, Mochila, y tras algunas preguntas livianas de rigor, encaró el tema con la practicidad de un ejecutivo joven.
-- Che, Flaca... --casi anunció--. No mires ahora... ¿Vos lo conocés al muchacho que está sentado conmigo, el de lentes?
Ella dió una pitada larga a su cigarrillo, lanzó algo de humo por la nariz y dijo: "Sí, de acá. Del boliche".
-- Bueno. Está muerto por vos.
Marta miró al Mochila con expresión entre dura e inquisidora.
-- ¿Ese pajero? --preguntó luego, casi airada. Mochila asimiló, apenas, el golpe.
-- ¿Por qué, "pajero"?
-- Hace como mil años que se la pasa mirándome y jamás se ha atrevido a decirme nada.
-- Lo que pasa es que... ehh... Es muy tímido...
-- ¡Por favor! --la Flaca sacudió la cabeza revoleando un mechón de pelo-- ¡Es un pajero!
-- No, Flaca --Mochila estaba casi acostado sobre la mesa, apoyando el brazo izquierdo desde la axila hasta el codo, buscando buenas razones con cautela de minero--. Es muy tímido... Te digo que es muy buen tipo... es un tipo interesante...
Marta extendió su mano derecha y la apoyó en el antebrazo de Mochila. Suavizó su tono y su mirada.
-- Mirá, Mochila, te agradezco. Pero estoy cansada de la histeria de los tipos. Ya somos grandecitos. Ya no soy una pendeja...
-- Pero lo parecés...
Marta estiró una sonrisa forzada.
-- Te agradezco --repitió.
Mochila se quedó mirando un rato hacia la esquina de Sarmiento y Santa Fe. Como no encontró nuevos argumentos para su propuesta, se levantó cansinamente, saludó a la Flaca y se fue. Desandó cuatro pasos y volvió a su silla de la mesa compartida con Mario. Este, demudado, había pedido una medialuna de "La Nuria" y otro café, como para hacer algo.
-- Ehhhh... --vaciló Mochila, mirando perdidamente hacia el baño.
-- ¿Qué...? ¿Qué pasó? --tragó saliva Mario, intuyendo, quizá, lo peor.
-- Dice que está esperando al novio...
Mario mordió un nuevo pedazo de medialuna. Meneó la cabeza.
-- Te dije... --dijo.
-- Qué cagada --musitó Mochila.
-- ¿Viste? --Mario parecía aliviado.
-- Pero, al menos, lo intentamos...
-- Te dije... --Mario se acomodó los lentes, mirando hacia la calle, mientras apuraba el último bocado, limpiándose los dedos con una servilleta.
-- Qué va a ser...
-- ¿Será posible, este boludo del Sobo? --se quejó Mario--. Justo hoy que lo necesito y no aparece...



PRIMERA PARTE


SEGUNDA PARTE

domingo, 24 de agosto de 2008

Solo alrededor

Por un lado esta la gente que nada le importa,
un grupo que toma todo por dado
la historia y el arte no se soporta
toman la vida como un recado


Es común observar su imagen en el acto
transcurren sus días como una boda
siempre apegados a algún artefacto
a nadie responden, solo a la moda


por otro lado están los revolucionarios
sus ojos tan tibios proyectan futuro
siempre empujando pesados armarios
no los detiene las ruinas del muro


en el centro de ambos se encuentra mi ser
tan indeciso como mí rumbo
no pienso en dinero, tampoco en poder
se unen mis gritos solo en un tumbo

Facundo Joel

sábado, 16 de agosto de 2008

Me pareció interesante mostrar algunas de las pinturas de Jim Warren, pintor surrealista norteamericano, quién no parece tener gran repercusión mundial, pero si tiene un gran talento para transmitir sensaciones y sentimientos en una pintura. A continuación seleccioné algunas de mis preferidas.




sábado, 9 de agosto de 2008

Walking Around


Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
Navegando en un agua de origen y ceniza.


El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos.
Sólo quiero un descanso de piedras o de lana,
sólo quiero no ver establecimientos ni jardines,
ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.


Sucede que me canso de mis pies y mis uñas
y mi pelo y mi sombra.
Sucede que me canso de ser hombre.


Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío


No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas,
vacilante, extendido, tiritando de sueño,
hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra,
absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.


Por eso el día lunes arde como el petróleo
cuando me ve llegar con mi cara de cárcel,
y aúlla en su transcurso como una rueda herida,
y da pasos de sangre caliente hacia la noche.


Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas,
a hospitales donde los huesos salen por la ventana,
a ciertas zapaterías con olor a vinagre,
a calles espantosas como grietas.


Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos
colgando de las puertas de las casas que odio,
hay dentaduras olvidadas en una cafetera,
hay espejos
que debieran haber llorado de vergüenza y espanto,
hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.
Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos,
con furia, con olvido,
paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia,
y patios donde hay ropas colgadas de un alambre:
calzoncillos, toallas y camisas que lloran
lentas lágrimas sucias.


Pablo Neruda

viernes, 1 de agosto de 2008

El siguiente poema fue escrito por Julio Cortazar dedicado a Ernesto "Che" Guevara tras su muerte.

Yo tuve un hermano


Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.


Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua.


Caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba.


mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.


JULIO CORTÁZAR (octubre de 1967)

domingo, 27 de julio de 2008

Sobre monos y bananas


Supongamos que tenemos seis monos en una pieza. Del cielo raso cuelga un racimo de bananas. Justo debajo de él hay una escalera (como la de un pintor o un carpintero). No hace falta que pase mucho tiempo para que uno de los monos suba las escaleras hacia las bananas.

Y ahí comienza el experimento: en el mismo momento en que toca la escalera, todos los monos son rociados con agua helada. Naturalmente, eso detiene al mono. Luego de un rato, el mismo mono o alguno de los otros hace otro intento con el mismo resultado: todos los monos son rociados con el agua helada a poco que uno de ellos toque la escalera. Cuando este proceso se repite un par de veces más, los monos ya están advertidos. Ni bien alguno de ellos quiere intentarlo, los otros tratan de evitarlo, y terminan a los golpes si es necesario.

Una vez que llegamos a este estadio, retiramos uno de los monos de la pieza y lo sustituímos por uno nuevo (que obviamente no participó del experimento hasta aquí). El nuevo mono ve las bananas e inmediatamente trata de subir por las escaleras. Para su horror, todos los otros monos lo atacan. Y obviamente se lo impiden.
Luego de un par de intentos más, el nuevo mono ya aprendió: si intenta subir por las escaleras lo van a golpear sin piedad.

Luego, se repite el procedimiento: se retira un segundo mono y se incluye uno nuevo otra vez. El recién llegado va hacia las escaleras y el proceso se repite: ni bien la toca (la escalera), es atacado masivamente. No sólo eso: el mono que había entrado justo antes que él (¡que nunca había experimentado el agua helada!) participaba del episodio de violencia con gran entusiasmo.
Un tercer mono es reemplazado y ni bien intenta subir las escaleras, los otros cinco lo golpean. Con todo, dos de los monos que lo golpean no tienen idea de por qué no puede subir las escaleras. Se reemplaza un cuarto mono, luego el quinto, y por último el sexto, que a esta altura es el único que quedaba del grupo original. Al sacar a este ya no queda ninguno que haya experimentado el episodio del agua helada. Sin embargo, una vez que el último lo intenta un par de veces, y es golpeado furiosamente por los otros cinco, queda establecida la regla: no se puede subir por las escaleras. Quien lo hace se expone a una represión brutal. Sólo que ahora ninguno de los seis tiene argumentos para sostener tal barbarie.

Cualquier similitud con la realidad de los humanos no es pura coincidencia ni casualidad. Es que así somos: como monos.

Extraído del libro Matemática... ¿estás ahí? de Adrián Paenza

"los grandes hombres hablan de ideas,
los hombres promedio hablan sobre cosas
y los hombres pequeños hablan sobre... otros hombres"


Facundo Joel


domingo, 20 de julio de 2008

La siguiente poesía tuvo gran repercusión en la red, al ser públicada y divulgada por varias páginas atribuyendole su creación a Pablo Neruda. El autor de la poesía no tardó en manifestar que el lo había escrito. Por esto mismo en algunas páginas de internet quizas encuentren la poesía por Alfredo Cuervo Barrero y en otras erroneamente por Pablo Neruda.

En cuanto al poema creo que es excelente y vale la pena leerlo, y hasta quizas consiga replantearse individualmente muchas cuestiones personales.

Queda prohibido

¿Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.

Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.

Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.

Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.

Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.

Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.

Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.

Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.

Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.

Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.

Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

Alfredo Cuervo Barrero

El Origen del día del amigo

Incentivado por el fenómeno del día del amigo, me dispuse a averiguar cual fue el origen del festejo de esta fecha. Para mi sorpresa descubrí que era un invento argentino, y que el creador fue un odontólogo, músico y profesor de psicología, filosofía e historia llamado Enrique Febbraro. Motivado por la llegada del hombre a la luna el día 20 de julio de 1969 , dicho profesor consagro el mismo día como "el día internacional del amigo" . "Ese día -explicó Febbraro-, todos estuvimos pendientes de la suerte de los tres astronautas. Fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo".
Así y todo, no me queda claro todavía como se logró legitimar el día del amigo y que la costumbre de celebrarlo haya traspasado tantas fronteras. Por lo pronto se puede ver que el origen entraña un momento cúlmine de la historia mundial en donde la dicotomía entre el comunismo y el capitalismo generaba un flagelo. No solo significó un simple hecho distante, sino que (junto con la caída del muro de Berlín 20 años después) acarreó el triunfo de un nuevo modelo político, económico y social conocido como la globalización en el marco de las políticas neoliberales y la derrota del comunismo.
Una posible respuesta a mi incertidumbre de la legitimación del día del amigo, puede ser que se logró mediante la expansión de los medios masivos de comunicación y la llegada de mensajes a ciertos sectores anteriormente marginados; dentro de una nueva cultura consumista.

Por otro lado se puede dejar la historia de lado por un momento y aprovechar el día para compartirlo con los amigos.

Facundo Joel

martes, 15 de julio de 2008

Hoy, un día mas

Hoy, martes 15 de julio; día importante para el país. Dos actos atraviesan el mismo espacio, paralizando a su vez todas las actividades cotidianas. Se genera y se percibe una división total de parte de la población entre A y B, como si se tratase de un “superclásico” en donde no existe punto medio y cada involucrado deposita sus preferencias en uno de los dos bandos. Todos ya movieron sus fichas, el tablero se encuentra inmóvil a la espera de una jugada final y decisiva, el peón ya no puede desplazarse hacia atrás.

¿De que se trata todo esto? Que casualidad pensaría yo, que justo en una misma franja horaria a 50 cuadras de diferencia se desarrollen los dos actos teóricamente opuestos. Más allá de la ideología y de la puja que halla entre ambos sectores, cabe plantearse como va mutando la política a través de los años, y de que manera la modalidad de su práctica ya no es la misma que anteriormente, ni de la que acontecerá. Actualmente se puede ver como el marketing rige este ámbito y pauta las reglas del mismo; resulta curioso comparar lo que hoy sucede, con la competitividad entre dos programas de televisión que coinciden en el contenido, en el mismo horario y en disputa de una determinada audiencia. El mecanismo es el mismo, lo único que cambia es la/s causa/s que lo motiva y sus variables.

Un conglomerado de gente asistirá hoy, sin entender realmente el motivo de su participación, creyendo que es de suma importancia su apoyo. No juzgo que no entiendan la situación, porque yo tampoco la entiendo, por eso mismo elijo quedarme en mi casa y no ser participe de algo que no comparto. No merecen siquiera que se escuchen sus discursos en la pantalla; si su objetivo es el bienestar general, ya lo hubiesen logrado si ambos hubiesen cooperado. Además el discurso no es lo importante en estos dos actos, si el objetivo era transmitir información bastaba con las ideas plasmadas en un diario o en otro medio de comunicación masivo.

Por mi parte pienso que es mejor ver esto desde afuera, finalmente se va a resolver dicha disputa y las páginas de los diarios entintadas con la problemática entre el campo y el gobierno, se van a borrar y le van a brindar su atención a un nuevo tema con el mismo ímpetu que al anterior, olvidando finalmente lo escrito durante los días anteriores.

“resulta bochornoso verles fanfarronear,
a ver quien es el que la tiene mas grande…”

Joan Manuel Serrat


Facundo Joel

viernes, 11 de julio de 2008

Los cuervos


I.-

Hubo un cadáver, echado al suelo.

Estaba tieso y sin movimiento.

No había gente, no había duelo.

Solo era carne sin sentimiento.


Lo circundaban manchas rojizas.

Nubes y sol lo sofocaban.

Líneas de sangre hacían de tizas,

trazos de muerte le dibujaban.


Brazos abiertos, por el impacto,

puños cerrados de dar batalla.

Manos cortadas, dedos sin tacto.

Cara que sufre, boca que calla.


Estaba tieso y sin movimiento,

era un cadáver echado al suelo.

No estaba solo en su sufrimiento,

alguien miraba desde su vuelo.


II.-


Huelen un cuerpo desfallecido

Hedor culpable, desmerecido.

Sacan provechos de la tristeza,

bajan buscando una nueva presa.


Abren sus alas, son como naves,

pero con picos, las negras aves.

Ven un banquete, pero no alarma,

donde hay un cuerpo que se desarma.


Bajan de a uno, pican y vuelven.

Dejan sus plumas, todo lo envuelven

Vuelan en línea, rectos, derechos.

Muerden la carne, están satisfechos.


Llega la noche, luego que cesan,

cierran los ojos mientras bostezan

Uno protege, cuida su acervo,

sabe por viejo y sabe por cuervo.


III.-

Dicen que el muerto, fue hombre.

Que era despierto, y con nombre.


Dicen que aquél, quiso cambiar

al mundo cruel, empezó a odiar.


Dicen los viejos, que sus plegarias

eran reflejos de las malarias.


Pero hay mortales, volando alto

que son fatales en cada asalto.


Asi es la vida, dice y se alegra

huele a comida aquel ave negra.

IV.-

¿Como es que allí

Reposa ahora?

Pobre de mí

Se fue su hora.


Un punto claro,

Tuvo aquel necio,

Fue su repudio

Por el desprecio.


Ahora es comida

de cuervos, el bueno

Ahora su carne

Se vuelve veneno.


Vasto desahucio,

Y pena sentencio,

Para el espacio

Que deja el silencio.



ARROIT

martes, 8 de julio de 2008



Finalmente las soluciones, lo prometido es deuda. Por mi parte creo que es un acertijo que te mantiene entretenido un buen rato, y un desafío interesante debido a las declaraciones del creador. A los que pudieron encontrarle la solución van a poder decir "Epa, soy tan inteligente como Einstein"...


(Edición mas detallada de las etapas de solución en http://www.juegosdelogica.com/solucion_acertijo_de_einstein.htm)


Facundo Joel






martes, 1 de julio de 2008

El acertijo de Einstein

El siguiente acertijo fue escrito por Einstein y cuando lo publicó anunció que el 98 % de la población no podría llegar a resolverlo. Yo no creo que sea asi , o quizas hallamos evolucionado intelectualmente o albert fallo en su estimación.
El acertijo es el siguiente:

Planteamiento:
1- Hay cinco casas cada una de un color distinto. En cada casa vive una persona, cada una de diferente nacionalidad.
2- Cada propietario prefiere una bebida, fuma una marca de cigarrillos y tiene una mascota que no repite ningún otro propietario.


La pregunta es:
¿Quién tiene un pez?



Hechos
· El británico vive en la casa roja
· El sueco tiene un perro
· El danés bebe té
· La casa verde está a la izquierda de la casa blanca
· El propietario de la casa verde bebe café
· La persona que fuma Pall Mall tiene un pájaro.
· La persona que vive en la casa amarilla fuma Dunhill
· El propietario de la casa de en medio bebe leche
· El noruego vive en la primera casa
· El hombre que fuma Blends vive al lado del propietario que tiene un gato
· El dueño del caballo vive al lado del hombre que fuma Dunhill
· El fumador de Bluemasters bebe cerveza
· El alemán fuma Prince
· El noruego vive al lado de la casa azul
· El fumador de Blends tiene un vecino que bebe agua



Las respuestas en exactamente una semana.

Facundo Joel



miércoles, 25 de junio de 2008

Mar



Hay millares de olas en el mar,

Sin embargo una y tan solo una

Alcanzará a mojar mis pies hundidos en la arena


Esa ola que segundos antes había perfumado mis extremidades

Se marchará dejando mis piernas secas

Manteniendo mis dedos, mis uñas y mi piel a la espera de su regreso


Jamás volverá ese caudal de agua a impregnarse en mí

Quizás repetiré esa sensación de satisfacción con otras olas

Pero tan solo serán el reflejo de aquella que perdí


En cuanto a mi, me mantendré paciente en la playa

Esperando la reiteración de esa manifestación de sentimientos y complacencias.

Pero nunca se va a volver a repetir, esa ola de brea y espuma se perdió entre las demás.




Facundo Joel

“No le ofreció la luna, le dijo solo quedate,
conmigo no hay fortuna que valga el corazon
que te daré…”

Joaquin Sabina

jueves, 19 de junio de 2008

Un amor

Por ti junto a los jardines recién florecidos me duelen los perfumes de primavera

He olvidado tu rostro, no recuerdo tus manos, cómo besaban tus labios?

Por ti amo las blancas estatuas dormidas en los parques, las blancas estatuas que no tienen voz ni mirada.

He olvidado tu voz, tu voz alegre, he olvidado tus ojos.

Como una flor a su perfume, estoy atado a tu recuerdo impreciso. Estoy cerca del dolor como una herida, si me tocas me dañaras irremediablemente.

Tus caricias me envuelven como las enredaderas a los muros sombríos.

He olvidado tu amor y sin embargo te adivino detrás de todas las ventanas.

Por ti me duelen los pesados perfumes del estío; por ti vuelvo a acechar los signos que precipitan los deseos, las estrellas en fuga, los objetos que caen.



He aqui una de las obras del gran Pablo Neruda escrita en este caso en prosa situada en el libro "Para nacer he nacido". Inevitablemente podemos destacar y admirar la simpleza y el talento de Neruda para expresar y transmitir sus sentimientos mas intrinsecos.



Facundo Joel



sábado, 7 de junio de 2008

Aldea Global


Si pudieramos en este momento encoger la poblacion de la Tierra hasta llevarla al tamaño de un barrio de exactamente cien personas, manteniendo todas las proporciones humanas existentes en la actualidad, el resultado sería :
  • Habría 57 asiáticos, 21 europeos, 14 americanos y 8 africanos
  • 70 serían no blancos; 30 blancos
  • 70 serían no cristianos; 30 cristianos
  • el 50% de la riqueza de todo el planeta estaría en manos de seis personas. Los seis serían ciudadanos de Estados Unidos
  • 70 serían analfabetos
  • 50 sufrirían de malnutrición
  • 80 habitarían viviendas de construcción precaria
  • Sólo uno tendría educación de nivel universitario
¿No es cierto que creíamos que la Humanidad había alcanzado un mayor nivel de desarrollo? Estos datos corresponden a una publicación de las Naciones Unidas del 10 de agosto de 1996. Si bien han pasado 12 años, no dejan de ser datos sorprendentes. Si es que estan leyendo esto es porque tienen acceso a las nuevas tecnologías como internet y por sobre todo significaría que no son analfabetos, puede que a veces no nos demos cuenta de lo privilegiados que somos. Este trayecto fue extraído del libro de Adrián Paenza "Matemática...¿Estas ahi?".



Facundo Joel


viernes, 6 de junio de 2008

El invierno se ha llevado todo

El invierno se ha llevado todo

El día, la luz, la gente

Mi juventud descansa en la oscuridad del recuerdo

En el estío del olvido


Una estrella luminosa se asoma de manera fugaz

Únicamente para resaltar que el mundo sigue su recorrido

El invierno se ha llevado todo

Y ha traído consigo el reflejo de la muerte


El otoño fue el previo aviso

De la inmensa soledad que se avecinaba

Fue tan solo una muestra macabra

De que el destino golpeaba mi puerta


El invierno se ha llevado todo

Las sonrisas, los abrazos

Los rostros felices de los mediocres

Y por sobre todo la esperanza de los que esperan


El invierno se ha llevado todo

Incluso mis proyectos más preciados

Solo ha dejado conmigo ideas y sentimientos residuales

Volcadas inútilmente en este escrito



Facundo Joel


Presentacion: Prohibido Prohibirlo

En un mundo donde cada vez se la da menos importancia a la cultura y se fomenta y premia la ignorancia, en un país en donde la droga es el arma mas poderosa para el control y la desmovilización de las masas; “prohibido prohibirlo” surge para plantearse la problemática social-cultural global y promover las producciones culturales en todas sus manifestaciones.

A través de la historia podremos encontrar grandes etapas, en donde prevaleció la censura y la palabra “prohibir” como ley máxima; razón por la cual mucha sangre fue derramada por haber infringido esta ley y por luchar para que la libertad de expresión sea un derecho de todos, y que no haya privaciones con respecto a esta, sin importar lo que diga el mensaje. “Detesto lo que dices, pero daría mi vida por que puedas decirlo” fue uno de los lemas de los filósofos de la Revolución Francesa. "De aquí en adelante se solucionaron todos los problemas y los habitantes del mundo vivieron felices". Sería de mi agrado poder decir esto, pero no sucedió así y de serlo así quizás no tendría necesidad de escribir dichas líneas. Luego de la revolución Francesa la democracia no triunfó siempre y los valores que caracterizaban a este régimen político no fueron respetados ni practicados en gran cantidad de los casos, razón quizás contribuyente al derrocamiento de los gobiernos y a la implementación de regímenes no-democráticos.
En este espacio voy a tratar de resaltar las manifestaciones culturales que de mi surjan y las que se fueron dando históricamente por grandes hombres en algunos casos pocos reconocidos, o reconocidos después de muertos; movidos por las problemáticas sociales-económicas-políticas y por las curiosidades que brinda la vida.
Facundo Joel