lunes, 21 de junio de 2010

Población Violeta Parra - El nombre robado


La dictadura del general Pinochet cambió los nombres de veinte poblaciones del pobrerío,casas de lata y cartón, en las afueras de Santiago de Chile.En el rebautizo, la población Violeta Parra recibió el nombre de algún militar heroico.Pero sus habitantes se niegan a llevar ese nombre no elegido.Ellos se llaman Violeta Parra, o nada.Hace tiempo, en unánime asamblea, habían decidido llamarse como aquella campesina cantora, de voz gastadita, que en sus peleonas canciones supo celebrar los misterios de Chile.Violeta era pecante y picante, amiga del guitarreo y del converse y del enamore, y por bailar y payasear se le quemaban las empanadas.Gracias a la vida, que me ha dado tanto,cantó en su última canción;y un revolcón de amor la arrojó a la muerte.



Eduardo Galeano

sábado, 5 de junio de 2010

Ellos y nosotros


Ellos no saben lo que desperdician, a nosotros nos falta sus sobrantes, pero además nos falta sus faltantes. No pueden valorar nada, están empachados de ambiciones, no les gusta reconocerse. Lo único que nos conecta es aquel recipiente con bolsa color negro. Ellos desde su universo de gala platinado, viviendo la vida como una película y nosotros desde el otro polo con los ropajes tristes y los sentimientos deshilachados; y en el centro de los extremos se encuentra la bolsa, paradigma de ambigüedades. A ellos los higieniza, a nosotros nos alimenta. A ellos los gratifica, a nosotros nos humilla. Es divertido pensar que sucedería si el tacho de basura estuviese al revés, el funcionamiento sería el mismo, pero no los polos. Nos gusta adivinar y estimar que vamos a encontrar en cada recipiente, pero cada tacho es un mundo de ilusiones y sorpresas, un nuevo universo en el que amanecerá al introducir la mano, un uso revolucionario del objeto desechado, algo que esta por renacer en nosotros. Quizás sea simplemente eso lo que nos diferencia, mientras ellos rutinariamente le quitan valor a algo y lo matan, nosotros lo tomamos con nuestra incertidumbre y le damos vida.

Facundo Joel