jueves, 31 de diciembre de 2009

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Un día soñó que soñaba y en ese sueño estaba despierto. En ese transe era un bípedo, cíclope como todos los otros, con sus piernas giratorias y con sus dos alas negras. Era muy triste ver cuando a otro le faltaba alguna parte del cuerpo o alguno de sus atributos. Generaba lástima ver a algún semejante que no podía volar por ejemplo, porque se encontraba totalmente dispar en sus condiciones en relación a los demás Él se encontraba estable, tenía una buena relación con sus “caglios”, una especie de familia pero mas amplia, conformada por varios individuos. Lo que más le satisfacía era ver el ambiente, las flores marrones le acariciaban la vista, y el cielo lo energizaba en aquellos momentos en los cuales se vislumbraba como caían ladrillos de cemento cuando el clima estaba desmejorado. El alimento no era un problema, cada individuo necesitaba imaginar la comida que iba a precisar y con el poder de la mente aparecía la ración. Obviamente no se permitía con este mecanismo que exista la abundancia, quien solicitaba más de su necesidad era castigado y le quitaban temporalmente la facultad de autoabastecerse.
Cuando durmió en este sueño, despertó del sueño alterno que soñaba, y al volver a soñar se despertó en el otro transe, pero como en todos los otros con la certeza de un continuo ininterrumpido en el que existía pasado y presente. Ahora era un armazón con extremidades que se trasladaba de un lugar a otro rebotando de aquí para allá. Proyectaba su futuro, hacía cálculos, multiplicaba, dividía y tenía la ambición de crecer en el mañana, mas no sabía que el mañana no existía, que al despertar el universo se iba a configurar nuevamente y que en el próximo sueño no se iba a acordar de lo que fue en este, ni en el anterior y por lo tanto nunca habrá sido un bípedo, ni un armazón.
Cuando despierte va a creer que el alrededor fue así anteriormente a él, cuando evidentemente él es anterior a su alrededor y no sabe que lo configura él mismo.
Cuando durmió, despertó del sueño de su sueño. Al volver a soñar en su sueño se encontró desperezándose en una cama, ahora parecía tener una cabeza con dos ojos, una nariz, una boca, un torso, dos brazos y dos piernas. Se desplazaba con sus dos piernas, primero apoyaba una, luego la otra. No lamentaba no saber volar, pues no se acordaba de haberlo hecho alguna vez. Tenía como una especie de familia, que se limitaba a lazos sanguíneos. Se dirigía al trabajo, pensando que lo hacía como todos los días (día: factor arbitrario y subjetivo de medición del tiempo). El cielo era celeste y había una estrella luminosa a la que le proseguía un satélite que brillaba en la oscuridad, que se llamaba luna. Antes de irse a dormir le echó un vistazo silencioso a la luna, yo le quise advertir que se despidiera de ella, porque no la iba a volver a ver en su próximo sueño, pero finalmente me contuve y no dije nada, total no se va a dar cuenta.

Facundo Joel

viernes, 25 de diciembre de 2009

Ese año..

Ese año tuvimos una gran visita de energía.
En aquellos días todo
era más simple y más confuso.
Una noche de verano, yendo
Al embarcadero, tropecé con
2 muchachas jóvenes. La
rubia se llamaba Libertad,
la morena, Empresa.
Conversamos, y ellas me
contaron esta historia.

Jim Morrison

In that year we had a great visitation of energy.

Back in those days everything was simpler & more confused.

One summer night, going To the pier, I ran into 2 young girls.

The blonde was called Freedom, the dark one, Enterprise.

We talked, & they told me this story.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Carta de Angel Parra a Victor Jara

Querido Víctor:
Me despierto con ganas tremendas de escribirte para contarte lo que me sucedió anoche 24 de diciembre. Serían como las 12:10 cuando sonó el teléfono, nosotros dormíamos profundo, lo de siempre cuando te despiertas antes de haber terminado su noche, ¿quién será? ¿Porqué tan tarde? etc. La llamada era de Chile, para decirme que formaba parte de los perdonados, que era parte del paquete de regalo de pascua que la dictadura ofrecía este año.

La voz querida de mi hermana sonaba radiante, ¿te acuerdas Víctor de su voz? ¡Se te acabó el exilio hermano, se te acabó el exilio! Por un segundo compartí de corazón su alegría, la alegría de tantos otros que pelean todos los días a brazo partido por el fin del exilio y que en mi caso consiguieron mi perdón. Perdón, ¿pero de qué, Dios mío me pregunto?

¿Me están perdonando tus 40 balas por la espalda?

¿Mi padre a quien no volveré a ver?


Quema de libros, revistas y periódicos políticos después del golpe militarEllos me están perdonando nuestros 30 mil muertos y ¿el río Mapocho ensangrentado?

¿Me perdonarán acaso los cadáveres que traía el Renaico en Mulchén? ¿Los fusilados de Calama (al quinteo, es decir 1-2-3-4-5-tú), el director de la Sinfónica Infantil de La Serena? ¿El padre Jarlan símbolo de los pobladores torturados violados relegados expulsados encarcelados desaparecidos?¿Carmen Gloria, Rodrigo? Parece que debo hacer una reverencia y agradecer el perdón. aquí no ha pasado nada y tan amigos como antes.

¿Qué te parece Víctor? A veces pienso que es mucha la generosidad, y que soy un mal agradecido.

Me perdonan Marta Ugarte, Tucapel, el Chino Díaz, Weibell, los degollados, Pepe Carrasco, Corpu Cristi y yo no se agradecer.

¿Me siguen perdonando los cinco jóvenes desaparecidos en septiembre del '87, mi pueblo hambriento, la cesantía, la Prostitución infantil y este nudo en la garganta permanente desde hace 14 años tamblén me lo perdonan? Me pregunto si en este gesto están incluidos mis amigos muertos en el exilio, Lira Massi, Ramírez Necochea, Guillermo Atias,Vega Queratt.

Estas en la lista, ¿Cuál lista?, la de los que pueden reir pensar, circular, amar, morir, vivir.


La tumba de Víctor Jara en el Cementerio General en Santiago de ChileEn fin Víctor amigo, mucho tiempo que quería escribirte pero ya me conoces soy un poco flojo. Te contaré que estoy componiendo mucho, entre merengues, tonadas, cumbias y cuecas, oratorios y pasiones, el tiempo pasa y se queda inscrito en el alma.

Quiero hablarte un poco de mi mujer a quien no conociste, pero conocerás algún día o no, mejor lo verás en ella cuando llegue el momento. Ella me ha dado algo que yo no sé como se llama, pero que se traduce en una cierta seguridad equilibrio y alegría de vivir, la misma que tú tenías junto a tu mujer. Me acuerdo perfectamente de tu claridad y seguridad en tus pasos, aventuras y destinos. Y eso se reflejaba en tu trabajo, el teatro, la peña, el partido, los sindicatos y los amigos. Siempre tenías tiempo para todo (yo me cansaba de mirarte). Me acuerdo que la Viola me decía, aprende, aprende. Espero haber aprendido algo.

Por ejemplo :


"El amor a la justicia como instrumento del equilibrio para la dignidiad del hombre", oración de Victor Jara.La humildad, el heroismo no se venden ni se compran que la amistad es el amor en desarrollo que los hombres son libres solamente cuando cantan, flojean o trabajan chutean el domingo la pelota o se toman sus vinitos en las tardes le cambien los pañales a su guaguas distinguen las ortigas del cilantro cuando rezan en silencio porque creen y son fieles a su pueblo eternamente como tú y como miles de anónimos maestros somnolientos de domésticas, mineros, profesores, bailarinas, guitarreras de la Patria. También quiero decirte al despedirme que París está bello en este invierno que no acepto los perdones ofrecidos que mi patria la contengo en una lágrima que vendré a visitarte en primavera que saludes a mis padres cuando puedas que tengo la memoia de la historia y que todo crimen que se haya cometido deberá ser juzgado sin demora que la dignidad es esencial al ser humano que el año que comienza será ancho de emociones esperanzas y trabajos sobre todo para Uds. Víctor Jara que siembran trigo y paz en nuestros campos.

ANGEL PARRA, París, diciembre 1987.

jueves, 10 de diciembre de 2009

EMBARAZOSO PANEGÍRICO DE LA MUERTE
(Mario Benedetti, 1991)

La periodista me preguntó
si yo creía en el más allá
y le dije que no
entonces me preguntó
si eso no me angustiaba
y le dije que sí

pero también es cierto
que a veces la vida
provoca más angustias
que la muerte

porque las vejaciones
o simplemente los caprichos
nos van colocando en compartimentos
estancos

nos separan los odios
las discriminaciones
las cuentas bancarias
el color de la piel
la afirmación o el rechazo
de dios

en cambio la muerte
no hace distingos
nos mete a todos en un mismo saco

ricos y pobres
súbditos y reyes
miserables y poderosos
indios y caras pálidas
ibéricos y sudacas
feligreses y agnósticos

reconozcamos que la muerte hace siempre
una justa distribución de la nada
sin plusvalías ni ofertas ni demandas
igualitaria y ecuánime
atiende a cada gusanito
según sus necesidades

neutra y equitativa
acoge con igual disposición y celo
a los cadáveres suntuosos de extrema derecha
que a los interfectos de extrema necesidad

la muerte es ecléctica pluralista social
distributiva insobornable

y lo seguirá siendo
a menos que a alguien
se le ocurra
privatizarla


jueves, 3 de diciembre de 2009

Desprogramación

La capital apestaba. El gris oscuro del invierno a media tarde me estremecía y no me dejaba pensar.
Todo me resultaba inútil e indiferente. Leer el diario, comer, mirar televisión, hablar con gente que no me importaba, dormir y trabajar… sobre todo trabajar.
Bastaba conocer un día mío de la semana para conocerlos todos. Me atormentaba no ser yo mismo y alejarme cada vez más de mi esencia. No es que sea por decisión mía, sino que esta sociedad te lleva a ser un estereotipo de persona, un modelo estándar que hay que imitar para pertenecer.
Aquella tarde la oficina estaba más oxidada que otros días y varias soledades y yo tomábamos té mirando un monitor de computadora. Nunca me había dado cuenta pero el ambiente de la oficina era similar al de un hospital público. Mi vestimenta laboral estaba inundada de rutina y cansancio. El hastío se acumulaba en mi garganta imperceptiblemente como suele suceder con la mugre y suciedad en los muebles antiguos. Cada vez que cruzaba la puerta del trabajo me decía, “serán solo 8 horas, un tercio de tu día, solo olvidate de tu existencia y programate en piloto automático, al salir podrás dedicar a ti mismo las horas que te sobran hasta el nuevo día “
Faltando dos horas de que termine mi jornada laboral, sucedió que el piloto automático se desprogramó. Mi jefe acudió a mi oficina y reprochó mi pésima labor, a lo que sin dedicarle mucha atención respondí que él tenía razón, como siempre, por el simple motivo que los superiores siempre la tienen, sobre todo cuando no es así. Tardé cinco minutos en comprender que el extenso sermón que me propiciaba significaba que estaba despedido. Acto seguido, en su oficina, me abonó mi correspondiente sueldo, aguinaldo e indemnización. En el momento en que tomé el fajo de billetes sentí el quiebre en alguna parte de mí y desperté del letargo y dejé de ser un simple espectador pasivo de mi vida. En el mismo instante que tomé los billetes, los aventé con todas mis fuerzas hacia la cara pálida de mi jefe; el impacto lo dejó anonadado y no pudo emitir palabras tras la seguidilla de insultos que abatí contra él y sus familiares. Ni bien me quité el hastío de la garganta me escapé corriendo hacia la puerta de salida mientras me sacaba el traje negro que lucía, que ya no soportaba más.
No tenía conflicto con mi superior, sino que no quería continuar con un modo de vida que no toleraba.
Al salir a la calle Florida semidesnudo, pude ver a todos los oficinistas caminando apurados hacia no se donde y sentí lástima por ellos por primera vez en mi vida; en ese momento comprendí que al no tener trabajo era un poco mas pobre que antes, pero mucho mas libre…


Facundo Joel