de los hombres que no te tienen,
de los que nunca te poseyeron
aunque le hayas vendido tu oxigeno
Bailas infinitamente sobre caderas infieles
y desayunas matecocido cuando arribas a la hoguera
y entre turnos espaciados vuelas hacia la playa
pero quitas los pies de la arena cuando alguien toca a la puerta
Aunque te saques la ropa
ningún hombre consigue abrigarte
su sudor no te alimenta
y tu cuello comienza a doler
Dormir es tu mejor sueño y despertar tu peor pesadilla
ya no te quema trabajar cuando la rutina te acaricia el cabello;
tus diamantes ya no brillan como viejas primaveras
se opacaron entre orgasmos de clientes que detestas.
Facundo Joel
1 comentario:
Buen poema, llegué a tu blog buscando la carta de Angel Parra a Víctor Jara, y me encontré con varios poemas interesantes, ¡felicidades por tu talento!
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